viernes, 22 de noviembre de 2013

La importancia de llamarse ...


Es de sobra conocido que el nombre de las cosas es fundamental. A través del lenguaje se forma nuestro conocimiento del mundo, se organiza nuestros pensamientos y es la base de la comunicación y en entendimiento entre los seres humanos y entre la mayoría de los seres vivos, cada cual con su propia forma de codificación, por supuesto. Con la codificación y clasificación de la cosas de los nombres se simplifican los procesos psicológicos de procesamiento, almacenamiento y recuperación. Y esto, amigos y amigas, las grandes marcas lo saben de sobra. Es importante conocer este hecho  a la hora de poner un nombre a nuestro negocio o a nuestro producto, pues en ello empieza el éxito. Una marca difícil de asociar o de recordar pronto desaparece de la mente de nuestro público. Reconozco que son demasiadas las pequeñas empresas que se dejan llevar por un alarde narcisista de inspiración creativa y una estrategia poco o nada planificada. La mayoría de las pequeñas empresas que veo a mi alrededor utilizan nombres propios para definir su empresa. ¡Gran error! Si yo denomino a mi empresa "Pepi", porque era el nombre de mi madre, pues automáticamente todo el mundo sabe que a lo que me dedico es a la venta de repuestos para vehículos...¡claro que no! De ahí que siempre nos veamos obligados a añadir el sector al que se dedica: Repuestos "Pepi". Con esto alargamos el nombre y quitamos simplicidad, uno de los pilares básico que favorecen la memorización. Está claro que si tu empresa está ubicada en una localidad, todo el mundo sabe a lo que te dedicas porque alguna vez se habrá acercado a tu establecimiento y habrá deducido lo que vendes, pero por el nombre no. El nombre de las cosas es casi lo más importante, porque es lo que nos define, caracteriza y diferencia de los demás. Es nuestra identidad. El ser humano es perezoso por naturaleza. Siempre intenta ahorrar recursos o esfuerzos, y el nombre es un atajo con el que le estamos dando mucha información inicial. Y ahora tenemos que pensar que nuestro mercado es el mundo, no mi barrio. Os voy a dar unos sencillos consejos para ayudaros a elegir el nombre de vuestra empresa, y si ya lo tenéis, a que os planteéis la posibilidad de cambiarlo o a comprar si habéis acertado.

  1. El nombre siempre tiene que evocar la actividad y la estrategia de la empresa. Definamos cuál es nuestra actividad y que imagen queremos dar: si somos una empresa moderna, si estamos basados en la calidad, si lo nuestro es el precio, si pertenecemos a una familia con una extensa tradición. Y sobre todo, hay que tener claro cuál es nuestro público objetivo, ya que no podemos utilizar el mismo lenguaje para todo el mundo. Si desarrollamos un plan estratégico antes, facilita mucho las cosas.
  2. Tu nombre tiene que dar la información tan clara y sencilla que facilite el recuerdo, y por tanto la recuperación en la mente de los clientes. Los nombres de éxito son muy fáciles de pronunciar y de entender. Ello hará que a la hora de buscar información, le sea más fácil encontrarte en Internet, en directorios, en guías...
  3. Cuidado con los nombres que puedan ser políticamente incorrectos en otras culturas o que puedan ir en contra de los intereses de algún colectivo social. Aún recuerdo el caso de Mitsubishi "Pajero"...algo difícil de recordar.
  4. Se creativo y busca un nombre original y no muy visto. Tiene que ser diferente, para evitar confusiones. Por la zona donde resido son demasiado numerosas las empresas que se denominan ..."La Mancha", "Cristo de...", "Lagunas...". No caigamos en el error. Imagínate para hacer una búsqueda por Internet la cantidad de entradas que pueden salir...
  5. El nombre ideal comunica una imagen positiva y atractiva, fuerte y con personalidad. Deja los términos negativos para otras cosas. Piensa que hasta las empresas funerarias utilizan nombre positivos, aunque a lo que se dediquen no sea precisamente la alegría de la huerta. Los seres humanos sentimos atracción hacia lo positivo, hacia lo exclusivo, hacia lo lujoso, a todas aquellas cosas que nos hagan sentir diferentes y especiales.
  6. Antes de decantarnos por el nombre que hemos elegido, comprueba que ninguna otra empresa se llama así. Si piensas tener una página web, lo ideal sería que el dominio coincidiera con el nombre. Esto puedes comprobarlo en cualquier página de registro de dominios. Si es así, busca otro nombre hasta que encuentres uno exclusivo. Piensa lo mucho que facilitará las búsquedas en Internet de tus clientes. Cuanto más les facilites el trabajo, mucho mejor.




martes, 19 de marzo de 2013

¡Vamos a planificar!

Hacer un plan siempre es positivo, hasta para nuestra vida cotidiana. Tener un imagen mental de lo que queremos, el tiempo que tenemos y hacia donde llegar, hace que seamos más eficaces y podamos organizar mejor nuestra vida. Pues si queremos realizar una plan de marketing con la finalidad fundamental de aumentar las ventas, tendremos que empezar por planificar. Esto, que resulta tan obvio a simple vista, es, la mayoría de las veces, lo que nunca se hace. Sobre todo porque es un defecto de ser humano confiar en sus intuiciones y en su "olfato"; ¡Piensa las veces que fallamos!

Casi siempre realizamos acciones porque a "mi vecino le funciona", porque "es lo que todo el mundo hace", porque "lo he visto en la tele"... un sin fin de motivos de "peso"...Vamos a poner un ejemplo que nos hará reflexionar un momento: voy a hacer una promoción en mi tienda de 2x1 porque el de la tienda de al lado la ha hecho. Sólamente contamos con esa información y esos datos. NO sabemos cómo le ha ido, porque evidentemente no nos lo va a decir. Entonce me decido a hacerlo yo también.  Entiendo que los pasos a seguir son: ir a la imprenta, imprimir 5000 folletos, salir a repartirlos y sentarse a esperar el resultado. Esa es una acción muy corriente del pequeño comercio (¡y del grande!).

Perfecto, vamos a la imprenta con nuestra promoción, y nos cobran 150 euros (precios orientativos extraídos de imprentas de imprentas online). Y nos vamos tan contentos a casa. Ahora hay que repartirlos, con lo que llamo a mis hermanos, sobrino, etc... más o menos unas cinco personas, a las que le darás 1000 folletos para repartir. Claro, que menos que darles unos 20 eurillos por el trabajo. En total serían 100 euros. Bueno, pues después del esfuerzo, resulta que esa noche llueve...pongamos que se salvan 2000 (siendo optimistas). Así, con este reclamo en la mano, llegan a tu tienda 50 personas. De esas 50, sólo le interesa la oferta, cuando visiona el género, a 10. Si cada prenda vale 25... en total has ganado 250 €...¿y cuánto has invertido? 250 €; vamos, ¡comido por servido!
Pero, ¿Qué sucedería si realmente conocieras a esas 10 personas que se han interesado por tu producto, y le enviases la oferta sólo a ellas? Podrías imprimir en tu impresora la oferta, y llevarlas personalmente a sus domicilios. Coste: ¿2 €? Ganacia: ¿250 €? ¿Resulta más rentable? Evidentemente.

Pues esto exactamente son los objetivos que persigue un plan de marketing: en planificar de forma adecuada las acciones para ser más eficaces reduciendo los costes.

Para realizar una buena planificación de las acciones a emprender, antes hay que definir los siguientes puntos clave muy escuetamente para luego ir detallándolo poco a poco:
  1. ¿Qué?: Definiremos nuestro producto, servicio... con sus virtudes y sus defectos. Entraríamos también a detallar si hemos diseñado algún logotipo, si realmente se adecua lo que queremos transmitir, etc.
  2. ¿A Quién?: aunque pienses que tus clientes son todos los habitantes de éste planeta, lamento comunicarles que suele ser algo más reducido. Este punto necesita un verdadero conocimiento de tus clientes, sus características, sus gustos, su estilo de vida, sus hábitos...Todos los grandes lo hacen, así que hay que aplicarse el cuento. Se denominan "estudios de mercado".
  3. ¿Cómo?: en este apartado habría que definir no sólo la forma o la manera en la que está llevando tu negocio, sino cómo lo está haciendo la competencia  las fortalezas y debilidades que tenemos, y las oportunidades de negocio que se nos pueden plantear. Tradicionalmente se realiza un análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades). Ésto lo iremos viendo más adelante.
  4. ¿Cuándo?: todo tiene un lugar en el tiempo y unos plazos que cumplir. Tener un calendario de actividades nos hará ser más eficientes y organizar el trabajo.
Bueno, esencialmente estos serían los primeros pasos que tendríamos que dar. Realmente podría ocuparnos una tarde, no más, con lo cual la falta de tiempo no es excusa. Así que... ¡manos a la obra!

¡Cómo está el panorama!

Tenemos que convencernos de que las cosas han cambiado, ¡Y mucho! Hay que pensar que el mercado no es el de hace unos años. A  raíz de la introducción de Internet en el mundo  se ha generado un nuevo modelo de negocio que se enmarca en la teoría Long Tail o larga estela (Término acuñado por Chris Anderson). Internet y el entorno digital han cambiado las leyes de distribución y las reglas del mercado. Los costes de almacenaje y distribución se han reducido, porque ya no es necesario centrar nuestros negocios en unos pocos productos estrella, supone que ya no es necesario centrar el negocio en unos pocos productos de éxito para que resulte rentable.
El mercado tradicional tiene grandes limitaciones geográficas y físicas ya que, para poder rentabilizar su negocio, las empresas necesitan, por una parte, centrarse en la producción de un número limitado de artículos que se puedan vender fácilmente y en grandes cantidades y, por otra, reducir al máximo sus costes de almacenaje y distribución. Es decir que las empresas se ven obligadas a promover una demanda intensiva de clientes procedentes de su ámbito geográfico más próximo, ya que una demanda en otros lugares supone un aumento de los costes por la distribución. Es decir, se centra en producir mucho y vender en la zona. Así nació el mercado de masas, sustituido en la actualidad por el nicho de mercados. Este modelo permite ampliar la oferta reduciendo los costes (de almacenaje y distribución), poniendo a disposición de la empresas un amplio catálogo de productos que hacen que puedan satisfaccer las necesidades y preferencias de clientes diversos, sin que tener que contar con grandes stocks ni grandes instalaciones de almacenaje. Además, las empresas de mensajería suponen un ahorro en la distribución, y generalmente los costes recaen en el cliente final.
Así que, plantéate que tipo de negocio tienes, si eres de los que siguen comprando al  por mayor cantidades ingentes de productos, si necesitas un cambio de estrategia, en qué aspectos puedes reducir costes y aumentar benecifios. Simplemente, siéntate a pensar en qué estas fallando, en qué acertando y que se puede mejorar y adaptarse a este nuevo escenario económico.
Si te interesa este tema, puedes ampliar tus conocimientos en economía, puedes leer este artículo relacionado en






martes, 12 de marzo de 2013

¿Por donde empiezo?... por un poco de psicología.

Quizás se te pase alguna vez por la cabeza que tú no tienes un negocio para hacer publicidad, o que, aunque empredieras alguna acción de comunicación, no serviría para nada. Seguro que muchas veces has gastado dinero en panfletos, y luego has visto que después de pasarte un día repartiéndolos, una tormeta lo ha estropeado todo...Bueno, pues empieza por quitarte esas ideas ya mismo.

Tú eres la mejor persona que conoces tu negocio, y sobre todo, eres la persona que más confía en él. Empieza por creer en tus posibilidades, y que, si los demás pueden, nosotros también. Tal vez pienses que ésto suena a manual de autoestima, pero está comprobado científicamente que una actitud positiva y un optimismo hacia las cosas nos facilita mucho el camino. Así que empieza a generar positividad.

Lo segundo que debes plantearte es el tipo de negocio que tienes y, sobre todo, como ves a tu empresa en el futuro. Es muy importante tener una visión de hacia donde queremos llegar. Cierra los ojos un momento y visualiza tu empresa de aquí a unos años. No pienses en los errores del pasado, en las meteduras que se cometieron en otro momento. El hecho de que sucedieran en el pasado, no quiere decir que vuelvan a repetirse. Ahora bien, hay que aprender de ellos, sobre todo para no volver a repetirlos.

Otra cuestión muy importante a tener en cuenta es que si tu empresa no va todo lo bien que desearías, no debes responsabilizar a la suerte o a los demás de ello. Si ésto es lo que te pasa a ti, que tengas ese pensamiento  no servirá para solucionar nada. Está claro que la circunstancias de crisis eterna que estamos viviendo no ayudan mucho, pero mirar a vuestro alrededor: hay gente que a pesar de la crisis ponen sus cabezas a pensar y saca sus negocios adelante.  Pensar que todo se debe a un golpe de mala suerte, es pensar que las cosas son incontrolables y por lo tanto no tendríamos capacidad de maniobra, pues...¿Quién puede tiene la capacidad de cambiar la suerte? En cambio, cuando comprendemos que a lo mejor tenemos la principal responsabilidad por la que nos vaya tan mal, trataremos de comprender en qué estamos fallando, cuál es nuestro error, y entonces nos pondremos manos a la obra para darles una solución.

Para una recarga de energía positiva os remito a una ponencia de Emilio Duró, que personalmente me encanta, y creo que puede ayudarte a que entiendas todo lo que acabo de comentar.



http://www.youtube.com/watch?v=FKIkjJOI6Ww

Empezando...

Hola, me llamo Sonia Oliver y he decido crear este blog. ¿El motivo? pues es sencillo, como todo lo que quiero contaros a través de este espacio. En el mundo en el que yo me muevo, que es el de la comunicación, estamos asistiendo últimamente a un escenario de continuo cambio y evolución. Se nos bombardea con ideas como social media, seo, branding... todo este conglomerado de términos unidos a la actividad empresarial está haciendo que parezca que el mundo de Internet sea sólo accesible a grandes marcas. Y es todo lo contrario. Creo que desde aquí puedo dar sencillos consejos para que cualquier negocio, por pequeño que sea, pueda utilizar las herramientas que la nueva sociedad de la información pone a su alcance. Y es que cuando nos ponemos a buscar como realizar proyectos de marketing para pequeñas empresas, empresas pequeñas y sencillas, Internet nos bombardea con miles de referencias en las que se utiliza un lenguaje demasiado profesionalizado, demasiado inaccesible para todos, y muchas veces me encuentro que la mayoría de la personas no lo entiende. Y si no lo entiende, no lo asimila; y si no lo asimila ni lo aplica ni lo cree necesario. Así que esta es la finalidad principal, tratar de explicar, forma sencilla y legible todas las claves del marketing online.

La globalización del mundo a través de Internet y el gran potencial de los medios sociales está al alcance de todo aquel que quiera utilizarlos. Sólo hay que saber cómo. Está claro que una pequeña empresa no puede compararse con los grandes presupuestos de las multinacionales, ni puede contar con los enormes departamentos de marketing que éstas poseen, pero todo puede adaptarse, y se pueden hacer grandes cosas aunque tengas un negocio más humilde. Tampoco se trata de lanzar grandes campañas, ni de ganar concursos de  creatividad. Se trata de llegar a tu público y a tus clientes de la mejor manera posible. Y olvídate, las cosas han cambiado. Ya no puedes adquirir un producto, ponerlo en el escaparate y esperar a que vengan tus clientes. Ahora tienes que salir tú a buscarlos, estar atento a sus necesidades, abrir canales de comunicación directa, escuchar sus opiniones y seguro que propuestas. Este es el nuevo mundo Web 2.0, la nueva Sociedad de la Información, donde los usuarios han pasado de ser meros espectadores, a ser productores de información, a compartir... y hay que adaptarse.


Esta nueva forma de entender la comunicación está llenado nuestro vocabulario de una terminología que, a veces, peca de técnica, y que está provocando que mucha gente huya despavorida y se queda fuera de las posibilidades que ofrece la red para su negocio. Es normal, casi todos los y las que conozco dedican casi el 100% de su tiempo a su negocio, y tiene la percepción de que dedicarse a promocionarlo les quitaría demasiado tiempo con el que no cuentan. Desde aquí, quiero hacerles ver que con muy poco esfuerzo se pueden hacer cosas sencillas pero a la vez eficaces, que no es necesario estar en todos los medios sociales, ni tener una página web porque "todo el mundo tiene web"si va a estar totalmente estática y nunca se va a actualizar.  Es mejor realizar una buena planificación de antemano, que no hará ser eficaces, ahorrar tiempo y ver resultados. Y sobre todo, haceros entender que abrir vuestro negocio a Internet no supone un cambio de negocio, sino una ampliación del que tenéis. Nunca suplantará vuestra labor, pero si será un escaparate y una canal de comunicación disponible las 24 horas del día. Es decir, seguirá haciendo negocio mientras vosotros/as descansáis.


También vengo observando como cada día se cierran pequeños negocios locales. Es una pena, porque creo que muchos podrían salvarse introduciendo unos pequeños cambios. Por eso, llevada por esa filosofía de la nueva sociedad de compartir conocimiento, quiero, desde este blog, explicar de manera sencilla, como cualquier empresa, por pequeña y por pocos recursos que tenga, puede definir una línea de marketing que haga que su negocio se expanda, crezca, amplíe sus fronteras, tenga una visión diferente de su negocio, comprenda como el mercado y la sociedad en general ha cambiado, y que es necesario "regenerarse antes de morir", darse una segunda oportunidad.


Quiero dar algunas claves sencillas, que no requieren mucho tiempo, pero que pueden suponer un gran avance para tu pequeño negocio. Este mundo en el que ahora vivimos, y del cuál somos partícipes, se ha convertido, a través de Internet y los Medios Sociales, un lugar en el que el compartir información, conocimiento y emociones es vital. Y queramos o no, hay que estar.



Gracias a todas aquellas personas que me apoyan.