El mercado tradicional tiene grandes limitaciones geográficas y físicas ya que, para poder rentabilizar su negocio, las empresas necesitan, por una parte, centrarse en la producción de un número limitado de artículos que se puedan vender fácilmente y en grandes cantidades y, por otra, reducir al máximo sus costes de almacenaje y distribución. Es decir que las empresas se ven obligadas a promover una demanda intensiva de clientes procedentes de su ámbito geográfico más próximo, ya que una demanda en otros lugares supone un aumento de los costes por la distribución. Es decir, se centra en producir mucho y vender en la zona. Así nació el mercado de masas, sustituido en la actualidad por el nicho de mercados. Este modelo permite ampliar la oferta reduciendo los costes (de almacenaje y distribución), poniendo a disposición de la empresas un amplio catálogo de productos que hacen que puedan satisfaccer las necesidades y preferencias de clientes diversos, sin que tener que contar con grandes stocks ni grandes instalaciones de almacenaje. Además, las empresas de mensajería suponen un ahorro en la distribución, y generalmente los costes recaen en el cliente final.
Así que, plantéate que tipo de negocio tienes, si eres de los que siguen comprando al por mayor cantidades ingentes de productos, si necesitas un cambio de estrategia, en qué aspectos puedes reducir costes y aumentar benecifios. Simplemente, siéntate a pensar en qué estas fallando, en qué acertando y que se puede mejorar y adaptarse a este nuevo escenario económico.
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